Vértigo

Sucede que aveces sales de un bar y la luz te borda la piel, bostezas y te queman las agujetas de tus alas, pero sucede también que sin saber como ni cuando algo te eriza la piel soñando abrazos que incendian la aurora en las playas del sur.
Soy todo lo que me pasa, es por eso que saldrá de nuevo el sol y de eso estoy seguro, caerán hojas en otoño y se vivirá al rumor en la comunidad de vecinos; soñarán los sauces por crecer sin encontrar afilados dientes de metal, volarán las aves si no les cortan las alas; será lo que fue siendo lo que es, lo que ha sido, lo que será; sacaré cada mañana las espinas del sueño y en la calma, en el instante de paz que nos brinda fiel, invariable, el amanecer, con olor a madreselvas, a hierbabuena, al cálido abrazo del despertar que mira siempre a otros ojos, ojos verdes, más claros, más oscuros… es allí en donde encontraré las alas para volar de nuevo, alimentado, esperanzado, convencido. Temblando como un niño, sellando las ventanas para no ver ni escuchar la vida estallando fuera, como una oruga, envuelto entre las mantas... mientras tu duermes y la ciudad golpea el cristal con su llanto ajena a mis sueños. Pero puedo verte dormida en paz, sin abandonar los muros de mi habitación, porque todo es frágil, el silencio y la vida que duerme en un vagón de tren, la memoria, mi hilo de voz... Pero no es tan frágil el temor, el aroma de aceite en el mar, los disparos de nieve, tu voz y tu memoria... y entre crisálidas mi voz estallará.

Chico (Con 38,5 de fiebre) ¿Qué será lo próximo?