Napoleón y Curro

Oink oink la-la-laaaaa.
Que mierda de ciudad es esta ,joder, que en hora punta por la mañana pasa un tren cortando las principales carreteras que van al centro!!! no os creeríais lo que he tardado en llegar al trabajo con incidente durante el trayecto y con peleas contínuas con mi coche. El pájaro después se venga friendo mis huevos cuando me siento en él a las 4 de la tarde, me tiene jodido el cabrón. Despúes para llegar al parking y que el concierto de Shakira nos haya quitado todas las plazas con sombra del aparcamiento, con lo cual cuando ahora salga, mi coche podrá estar a la temperatura perfecta de cocción. Shakira: que te den por culo.

Además que yo no quería hablar de eso, yo quería hablar del partido contra gabacholandia. Que extrañamente me ha recordado varias cosas:

De cuando mi hermana fué aquellos veranos entre los gabachos, y los miserables se las arreglaron para que viniera con 10 kilos de más, haciendola dudar de si la querían más a ellos (su familia putativa de alli, que gracia me hacía entonces "putativa") o a nosotros. Los muy desgraciados un poco más y la convencen de que no se afeite el sobaco, pero gracias a dios triunfó la sensatez.
Otra cosa que me trae a la cabeza son las clases de francés del instituto, con diferencia las clases más largas que han existido y que existirán, sobretodo gracias a esa profesora tullida que adoró a mi hermana y que sin embargo a mí me odiaba.
Recuerdo aquella vez que me sacó a la pizarra y ante mi ignorancia absoluta de como decía Ezio "ese idioma de maricone" me echó a la clase encima diciendo que como estaba demostrando yo no sabíamos nada y que al día siguiente habría examen. Todavía recuerdo su muñón pendular oscilando entre nosotros. Pol y yo estábamos seguros de que un gabacho la engañó y la dejó jodida para siempre.
El tercer recuerdo que me viene a la cabeza es la historia que me contaban Pol y Jhonny de "Napoleón, emperador del recreo en cuarto curso". Un personaje de su colegio, dos años menor que ellos que se atabiaba con ropas en desuso (de unos 20 años atrás), portaba una espada de madera y era rechoncho y de mejillas rosadas. Era el lidercillo de una camarada de gañanes que le seguían (la socilogía infantil en los patios es algo a estudiar aparte). Dice Pol que le seguían en fila india por el patio y que cantaban una especie de cancioncillas militares. El tío tenía carisma.
Y todo esto viene porque hoy hay que recuperar el espíritu de Curro Jiménez: ser más espabilaos que ellos, tácticas de guerrillas, panderetas y bulerías.
Luis Aragonés tiene un plan, sonríe y esta confiado, algo que jamás había visto en España. Creo que sabe algo que nosotros no sabemos. Y la historia del sexador de pollos japonés de ayer ha sido de lo mejor que he escuchado últimamente.
Viva Curro Jiménez, Viva la Pepa!!

Chen