El día del padre

Yo lo que iba a hacer era poner aquí una foto de algún regalo autofabricado que en tiempos escolares realicé obligado por algún maestro de la época para el día del padre, pero claro esperar que alguna obra maestra de las que hice en su momento durara hasta el día de hoy era ser muy optimista. Más que nada porque además de su precaria construcción seguro que mi padre no dejaba pasar más de dos horas sin tirar el cachibache a la basura, haciendo gala de su habitual pragmatismo y falta de sentimientos hacia mi. Que no era este el caso porque yo a pesar de ser pequeño ya era consciente de la gran mierda que había hecho.
El día del padre para mi era esa fecha en que por fin se terminaba con aquelo coñazo al que me sometían durante un mes de fabricar el pisapapeles, portaretrato o corbatero de turno con una insignia que ponía "te quiero papá". A mis profesores les resbalaba mi completa inutilidad con las manos y la presión de la sociedad (de mis compañeros de EGB) hacía que encima tuviera que terminarlos por fuerza. Cuanto tiempo desperdiciado en eso cuando lo podía haber empleado en otras muchas cosas como esnifar el pegamento con el que se unía el chapón.
Eso era para mí el día del padre, un mero trámite donde yo transportaba la mierda de turno desde el colegio a mi casa y se lo entregaba a mi padre, para decirle "he estado haciendo esta birria de manualidad durante un mes todas las tardes una hora, me ha salido esta mierda, y me obligan a dártelo porque se supone que el día del padre te tengo que dar algo" así que para no humillarme más se lo daba y me daba la vualta cagando leches para ni siquiera ver la cara que ponía ni por supuesto saber que sería de aquel corbatero.